Un tal Charles Converse, asesor de servicios para empresas, meditó largamente sobre la ley de Murphy, según la cual cuando algo puede fallar, inexorablemente falla. Y extrajo de este principio básico las siguientes consecuencias:Nada es nunca tan simple como parece ser ni tampoco todo lo contrario.
Si existe la posibilidad que varias cosas salgan mal, la primera en fallar será indefectiblemente la que cause mayores daños.
Llevar adelante una buena idea cuesta siempre más dinero de que el Director de finanzas está dispuesto a financiar.
Cuando alguien tacaño, desagradable, despectivo, corto de imaginación y pesimista irremediablemente se incorpora a una empresa, en un plazo relativamente breve ocupa el cargo de Director de Financiero.
Abandonadas al curso natural de los acontecimientos, las cosas siempre preferirán ir de mal en peor.
La naturaleza siempre está de parte de la falla oculta.
Es muchísimo más fácil meterse en un lío que solucionarlo.
Si usted es capaz de explicar una cosa con la suficiente claridad como para que nadie pueda interpretarla mal, alguien la interpretará mal.
Los problemas son siempre más graves que los beneficios que uno puede obtener de una gestión empeñosa.
Cuando todo parezca marchar a las mil maravillas ¡atención! Seguro que usted se está olvidando de algo.
DIBUJO:Autor desconocido.
Humor
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