Mauricio Macri se resistió a recurrir al Fondo hasta que se quedó sin crédito externo. Los préstamos del mercado financiero internacional le habían permitido hasta entonces el gradualismo para ir resolviendo el desastre de las cuentas públicas que heredó.
Una mezcla de cambios en la economía internacional (el factor Donald Trump), de componentes climáticos negativos (la devastadora sequía) y también -cómo no- de errores propios, convirtió en más vulnerable al Gobierno y, encima, lo dejó sin la cobertura del crédito externo.
Cuando existe un déficit tan grande del Estado, hay solo tres maneras de resolverlo: una severa contracción del gasto público, el crédito para financiar políticas más moderadas de ajuste o la emisión descontrolada de dinero sin respaldo, que termina siempre en procesos hiperinflacionarios.
Macri decidió romper el tabú kirchnerista sobre el Fondo para reemplazar la falta de crédito de los mercados; la alternativa que tenía era una durísima política de achicamiento de los gastos del Estado. El crédito del Fondo es, por lo demás, el más barato que el país puede conseguir (4,5 por ciento de tasa anual).
Un debate amplio se abrió en el mundo desde hace varios años sobre los cambios que se produjeron en el Fondo Monetario. Es evidente que el Fondo de Christine Lagarde no es el de Anne Krueger, la dura economista norteamericana que a principios de siglo creó la teoría (fallida) de que los países debían quebrar como quiebran las empresas. Krueger es la expresión pura de la academia; Lagarde es una economista que viene de la política (fue ministra de Economía en Francia, su país). Lo cierto es que en diciembre de 2017, el Fondo de Lagarde advirtió que "el aumento de la desigualdad social frena el crecimiento de la economía".
Más cerca, en abril de 2018, criticó la incapacidad de los gobiernos para "cerrar la brecha de la desigualdad social, que permite que las clases medias bajas y la de menores ingresos se vean cada vez más distantes del crecimiento". Al revés de la fría teoría sobre la quiebra de los países, la gestión de Lagarde subraya que el crecimiento de la economía es posible solo si hay inclusión en sus beneficios de amplios sectores sociales.
Estracto de la nota de Joaquín Morales Solá en el diario LA NACIÓN del 22/07/18
https://www.lanacion.com.ar/2155259-macri-y-el-fondo-oportunismos-y-convicciones
3 comentarios:
El problema es que el fondo te presta dinero imponiendo ciertas reglas, que generalmente desfavorecen a la poblacion mas desposeida, espero que les vaya bien a ustedes.
Abrazos
Eso era antes, cuando estaba la Krueger, ahora con Lagarde es otra cosa, ella misma dice que lo social debe cuidarse. Fue ministra de economía del anterior gobierno de Francia, que era socialista.
Abrazo!!
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