Rodeados de vida, de voces, de sonidos urbanos, los lugares abandonados en el corazón de nuestras urbes remedan cajas de silencio y de decadente tranquilidad. Irónicamente la paz más absoluta se ha apoderado de ellos y el apaciguamiento experimentado en sus ambientes recrean en nuestra imaginación la falsa eternidad de aquellas cosas que parecen quedar al margen del tiempo.
Por Fernando Jorge Soto Roland
Fotografía: Randall Nyhof
8 comentarios:
El paso del tiempo, ese monstruo imparable es el infierno tan temido, una mecánica sádica, no respeta ni pelo ni marca, solo la fotografía puede detenerlo, ahí está la imagen detenida, no envejecerá, perdurará, dentro de 100 años alguién podrá ver a Marilyn Monroe fresca como una lechuga. El fotógrafo es el único que se le ha plantado al tiempo y lo ha derrotado con flashes y clicks ¡Bien por él!
La fotografía, y también la pintura, especialmente la hiperrealista, son testigo y memoria del paso del tiempo y del avance del óxido. También nosotros nos oxidamos, no solo los objetos, el cuerpo y a veces también el espíritu se herrumbran.
Muy buen fotópgrafo, lo busqué en la web y me gustaron sus trabajos.
Un abrazo, Edu.
El paso del tiempo nadie lo detiene y al final kaput
Abrazos
Mirel- Chaly Vera, el fotógrafo es sensacional, el paso del tiempo es un castigo, me da la sensación de estar en el infierno!!
Un saludo a ambos!!
Que maravilla !!!!!!!!!! el arte del color mezclado con letras ....
besitos desde mi madrugada
RECOMENZAR, se agradece amorosa, envidio tus madrugadas!!
Abrazo!!
Mis madrugadas me despiertan a veces
El croar de las ranas
en el lago
afecta mi sueño y nada mejor que venir a tu blog a disfrutar de tu arte
que apacigua el intenso soñar de mi mente ....
me encantan las imagenes
Publicar un comentario