CONFESIONES DE UN COLCHÓN

¿Es el sexo una animalada? Rotundamente lo digo: Sí, señores,
Yo, como colchón veterano lo he padecido y mis mortificados resortes pueden dar fe de ello, sobre mi mullida superficie se han librado  batallas de sangre, sudor y semen ¡Un asco! ¡Un espectáculo grotesco, un terremoto de grado 9 en la escala de Richter ¿Qué amor? Bufidos, jadeos, movimientos de choques virulentos, frases obscenas y contradictorias como "Guacha tierna", "Turro divino ", mordiscos y chupones caníbales, accesos antinatura, toda una parafernalia digna de bestias. Que me perdonen los animales, ellos no son promiscuos, no usan viagra, pastillas del día después, vibradores, no ven porno, ni fuman. ¿Es el sexo civilizado? ¿Responde a algo estético esta manifestación brutalista? ¿Es poesía? ¿Y los buenos modales? No hay respuestas razonables para estas preguntas, hasta la condesa Eugenia De Chikoff, que daba clases de buenos modales, fui testigo, se desbarrancaba como una loca  con el conde que le daba matraca como un jabalí fuera de si sobre mi atónita superficie...Así que no me vengan con el canto romántico glorificando al amor, en el arte siempre lo representan como algo sublime, etéreo, aparece cupido, se escuchan lieder de Schubert... ¡DEJEN DE JODER HIPÓCRITAS! Inventan la cultura y la estética toda una verdura  para tapar los bajos instintos ¡YO QUE TENGO LOS RESORTES A LA MISERIA POR SOPORTAR TANTO AJETREO CARNAL, DOY FE: ANIMALES! ¡SON ANIMALES!!